BOURDIEU Y EL ROCK: UN ROMANCE IN CRESCENDO
1. BOURDIEU Y LA SOCIOLOGÍA DEL ROCK
1.1 Bourdieu y los sociólogos del rock
La sociología del
rock, casi desde su primer día, ha tenido en cuenta, con distintos usos y
distintas valoraciones, la obra sociológica de Pierre Bourdieu. Podemos
adelantar, de acuerdo con Prior (2011), dos usos de la obra de Bourdieu en el
análisis sociológico del rock: uno, el más desarrollado hasta finales de los
90, atiende a las dimensiones constitutivas del habitus a partir consumo
cultural del rock; este uso es heredero de la lectura e impacto, básicamente,
de La Distinción. El otro uso, en ascenso desde el
cambio de siglo, atiende
a la producción del rock como un campo cultural, y se puede rastrear su
impronta en la lectura de Las Reglas del Arte, y en el mundo anglosajón en particular, en la
lectura de The Field of Cultural Production. Essays
on Art and Literature (recopilación de una serie de artículos que van de finales de los 60
hasta finales de los 80, y que serían la base de Las Reglas del Arte). De acuerdo con Prior
“…Bourdieu ha fijado la agenda para los estudios post-marxistas sobre las
prácticas sociomusicales... sus conceptos de capital cultural, campo y hábitus
han sido centrales para la formación de un paradigma crítico en la sociología
de la música que demuestre cómo lo social produce, contextualiza o penetra en
la música..." (Prior, 2011: 122).
Simon Frith y Motti
Regev son dos valedores de la teoría bourdiana dentro de la sociología del rock
desde los años noventa. Frith se ha acercado a la obra de Bourdieu desde una
posición que atiende al rock como medio de comunicación masiva y cuya
preocupación reside en los efectos distintivos que el consumo de rock puede
ejercer (Frith habla –homólogamente a Bourdieu- de tres jerarquías de
producción y consumo cultural: burgués o artística [Frith, 1996:36], la música folk
[1996:39] y la música comercial [1996:41]). Motti Regev, por su parte, es uno
de los grandes impulsores de la teoría de los campos de producción cultural (CPC)
en el rock, y atiende a la forma en que se organiza el campo del rock y cómo se
establecen los parámetros que guían la producción estética del rock, a nivel
nacional y supranacional.
Pero no ha sido
hasta el advenimiento del siglo XXI que la obra de Bourdieu comenzó a ser verdaderamente
recurrente en diversos trabajos sobre música rock. Un indicador de la poca
presencia de Bourdieu en los trabajos sociológicos sobre música rock es el índice
bibliográfico de The Cambridge Companion
to Pop and Rock[1]
de 2001 y editado por el mismo Simon Frith junto a Will Straw y John Street. Tanto
en el índice bibliográfico como en el índice temático del libro, escrito por once
académicos representativos del campo rockero de la sociología, no hay una sola
mención a Bourdieu[2].
En la última década,
no obstante, sí que asistimos a una paulatina y creciente adopción de las
nociones bourdianas relativas tanto al consumo como a la producción cultural y
artística. Suponemos que en parte tiene que ver, como señala el mismo Motti
Regev, con la aceptación cada vez mayoritaria de que la música rock se ha
ganado un status artístico preciso, y también con el hecho concreto de que los
sociólogos así como los críticos del rock envejecen de la misma manera que lo
hacen las obras que se transforman en canónicas. Así, podemos destacar los
trabajos de Alison Faupel y Vaughn Schmutz (2010) y de este último (Schmutz, 2005)
donde analizan la consagración de obras en la música rock y se ayudan de las
formas bourdianas de legitimidad o reconocimiento. Ulf Lindberg, Gestur
Guomundsson, Morten Michelsen y Hans Weisethaunet (2005) aplican con rigor
–quizá los que más- la teoría de los campos de producción cultural a la prensa
del rock. Ralf von Appen y Andre Dohering (2006) indagan el canon del pop rock
y se sirven de Bourdieu para hacer un análisis sociológico de la emergencia de
un canon estético y la forma en que las disposiciones del habitus intervienen
en la conformación de un gusto social relativo a la música popular
Fuera de lo que
llamaríamos una sociología del rock, pero teniendo una influencia directa en
los sociólogos que se dedican a estudiar el rock, tenemos por ejemplo el caso
de Richard Middleton (1990), quien en su análisis de la música popular se apoya
en algunos conceptos e ideas bourdianas . O David Hesmondhalgh (1999), quien desde
los Media Studies también ha
analizado la industria musical en el seno de los grandes medios de comunicación
y ha trabajado concienzudamente la obra de Bourdieu y la teoría de los CPC en
particular.
1.2 La teoría de los campos de producción cultural
aplicada al rock (o Las Posibles Reglas del Rock)
Teniendo algunos
conocimientos básicos de alguna escena más o menos definida de música pop rock
(el surgimiento del rock británico en el Swinging
London de los años 60, o La Movida en el Madrid
de los 80), encontraremos útil la teoría de los CPC, la cual se resolvería
aplicando la fórmula generadora de la sociología bourdiana, a saber, 1) el análisis
de la génesis de los habitus de los ocupantes de las posiciones dentro del
campo, 2) el análisis de la estructura interna del campo artístico: sus leyes
de funcionamiento y transformación; la estructura de relaciones objetivas entre
posiciones ocupadas en la lucha por la legitimidad y 3) el análisis de la
posición del campo artístico en el seno del campo del poder y de su evolución
en el tiempo. (2002: 318).
En su concepción de
los campos de producción artística Bourdieu señala que estos se estructuran en
torno a dos oposiciones: por un lado la oposición entre la producción pura, el
mercado restringido a los productores, y la gran producción, dirigida al gran
público, generándose así dos subcampos de producción. Y por otro lado, dentro
de cada subcampo de producción tenemos la oposición generacional entre las
vanguardias (jóvenes) frente a las vanguardias consagradas (viejos), o los
ortodoxos, éstos, frente a los heterodoxos, aquellos.
El primer subcampo
Bourdieu lo denomina “el campo de producción restringida”, “...que produce
bienes simbólicos objetivamente destinados (al menos a corto plazo) a un
público de productores de bienes simbólicos que producen, ellos mismos, para
productores de bienes simbólicos...”, y,
por otra parte, está “el campo de la gran producción simbólica”,
“...específicamente organizada en vistas a la producción de bienes simbólicos
destinados a no-productores (el gran público)...” (Bourdieu,
2003: 90). Esto ayudaría a entender, por ejemplo, el efecto de consagración
diferida como el de una educación auditiva: se trataría del tiempo que necesita
el gran público en aprender a escuchar obras originales e innovadoras. Mientras
permanece en la oscuridad, la obra mantiene un estatus de culto y es
“propiedad” de entendidos, músicos y críticos especializados.
Nadie ha aplicado
de manera estricta la sociología bourdiana al análisis del rock[3].
Sin embargo en la obra de Simon Frith hay desde un comienzo el planteamiento de
presupuestos cercanos a la sociología bourdiana: para explicar el surgimiento
del rock en la Inglaterra
de los años 60, Frith analiza lo que Bourdieu llama la génesis de los habitus
de los ocupantes de las posiciones propias del campo. En este caso, Frith (1981)
menciona el caso de las art schools
británicas de posguerra y cómo generó una nueva bohemia con su propia ideología
artística, cercana a la invención de un arte de vivir descrita por Bourdieu en
el caso de la literatura francesa decimonónica (Bourdieu, 2002:88).
Motti Regev (1994)
ha insistido en que, en la definición del rock como forma de arte, ha sido
fundamental la labor de los periodistas musicales, tales como Greil Marcus,
David Laing o Dave Marsh, “...un número amplio de críticos, académicos y fans
de la música popular que sostienen la idea de que la música de los Beatles, los
Rolling Stones y Jimy Hendrix –por citar los ejemplos más obvios- son arte
verdadero, o al menos tan verdadero como cualquier forma musical seria pudiera
serlo. En los últimos 25 años esta intelligentsia
del rock ha estado demandado que el rock debe ser reconocido como una forma
artística...” (Regev, 1994: 86).
Regev (1994: 86)
aplica al rock el concepto de campo de Bourdieu, señalando que en los campos
culturales las luchas se centran sobre todo en cuestiones de prestigio y
reconocimiento. Para que un producto cultural sea reconocido como forma artística,
debe cumplir una serie de requerimientos:
- La obra cultural debe contener, de alguna manera, cierta autenticidad, ser genuina, o estéticamente sofisticada, así como algún sentido filosófico, emocional, psicológico o social.
- El significado y la forma de la obra son producto de una entidad creativa (normalmente un sujeto), cuyo espíritu y verdad interna están impresos en ella.
- Esa entidad creativa que ha producido la obra lo ha hecho a partir de un compromiso con esa “verdad interna”, y no a partir de cuestiones utilitarias o consideraciones prácticas. Es el ejemplo del arte por el arte.
Para Regev “...la
posición que tiene autoridad para mostrar que los productos culturales cumplen
con estos requerimientos, y de esta manera garantizarles reconocimiento
artístico, tiene una influencia monumental...” (Regev, 1994: 86). Y quien la
detenta son, sobre todo, los críticos musicales.
La hipótesis de
Regev es que el rock, a pesar de haber sido defendido por críticos y académicos
a partir de su autenticidad o su compromiso con una ideología subversiva, ha
ido construyendo distinciones y jerarquías a partir de la aplicación de
discursos sobre el arte autónomo. Aplicar a los estudios de música popular el
concepto de campo de Bourdieu implica, para Regev, un cambio de paradigma
dentro de este tipo de estudios. Para muchos autores (Grossberg, Frith,
Chambers, Hedbige...) la institucionalización del rock ha supuesto una pérdida
de autenticidad, ha perdido su potencial antihegemónico. Para Regev la teoría
del campo invierte la tesis de la incorporación del rock: “...la legitimación
del rock, la posibilidad de ser reconocido artísticamente, es de hecho el
premio para el que se ha dirigido esta lucha...” (Regev, 1994: 88).
Una vez finalizada
esta introducción teórica a la relación entre Bourdieu y el rock, pasemos a
observar la aplicación de la teoría de los CPC a dos puntos concretos que hemos
estado trabajando, uno, sobre la génesis de los habitus de los músicos de rock
británicos que dieron pie al beat boom
y la escena psicodélica (básicamente, aquellos que conformaron el Swinging London) y, dos, un análisis de
la estructura interna del campo a partir de un enfoque que prima la producción
de obras y la perspectiva de los ingenieros de sonido como caso concreto.
2. BOURDIEU APLICADO (I): LA GÉNESIS DE LOS HABITUS EN EL
CASO DEL ROCK BRITÁNICO
2.1 Centralidad de
los años de guerra en la gestación de esta cohorte
En sus orígenes,
sobre todo en los años 60, el rock es una música hecha por gente joven –el
resto de la industria no será tan joven,
pero tampoco tan vieja[4]-,
cohorte generacional cuyos años más fecundos van de 1943 a 1946. Grupos como los
Beatles, los Rolling Stones, los Kinks o los Who tendrán, si no todos, al menos
un miembro de su agrupación nacido en estos años. Esto se traducirá, al emerger
el beat boom primero, y luego
consolidarse el rock a finales de los sesenta, en que estos músicos en muchos
casos aún no habrán salido de la adolescencia cuando comiencen, no ya a
dedicarse profesionalmente a la música, sino a lograr éxitos trasatlánticos:
Juventud del Beat Boom:
Músico
|
Formación
|
Nacimiento
|
Primer éxito[5]
|
Edad primer éxito
|
George Harrison
|
Los Beatles
|
1943
|
1962
|
19
|
Keith Richards
|
Los Rolling Stones
|
1943
|
1963
|
19
|
Keith Moon
|
Los Who
|
1946
|
1965
|
18
|
Dave Davies
|
Los Kinks
|
1947
|
1964
|
17
|
Peter Noone
|
Herman's Hermits
|
1947
|
1964
|
16
|
Steve Marriot
|
Small Faces
|
1947
|
1965
|
18
|
Lulu[6]
|
Solista
|
1948
|
1964
|
15
|
Steve Winwood
|
Spencer Davies Group
|
1948
|
1965
|
17
|
2.2 Las Art Schools y la creación de una bohemia del rock
El sistema de
educación británico tras la segunda guerra mundial sufrió una serie de
innovaciones: en los años sesenta se establecieron once nuevas universidades,
se introdujeron las llamadas politécnicas (destinadas a compensar la percepción
de una pobre educación científica universitaria) y se extendieron las llamadas art schools. De hecho, en los años
sesenta había más escuelas de arte per cápita en Reino Unido que en cualquier
otra parte del mundo (Sandbrook, 2011:427-8).
Al basarse el
ingreso a una escuela de arte en las capacidades y no en los méritos, como con
las Grammar Schools, y los traumas
del examen eleven-plus, esto permitió
la generación de un “ethos anárquico e individualista que conllevó una inusual
capacidad inventiva y expresiva al pop británico” (MacDonald, 2005:xix) con
independencia de los orígenes sociales –algo completamente nuevo en Reino Unido
hasta entonces[7]-,
pues no hay más que ver a sus más ilustres alumnos: John Lennon, Charlie Watts,
Keith Richards, Ron Wood, Syd Barret, Pete Townshend, Ray Davies, Eric Clapton,
Jeff Beck, Eric Burdon, John Mayall, o Cat Stevens, todos pertenecientes a la
escena musical británica de los 60, actores centrales del Swing London e instituciones dentro de la industria discográfica.
El cruce entre
disciplinas y el colapso de la distinción entre materias serias y frívolas fue
el caldo de cultivo para lo que Frith
llama “la creación de la bohemia”. Las escuelas de arte en las que estos
músicos se forjaron les dieron una salida frente a un futuro que se resumía en
el trabajo en la fábrica o en el acomodamiento burgués: “...la bohemia es la
ideología natural de los músicos: los valores de placer, hedonismo y estilo son
elevados por encima de las convenciones y rutinas de la sociedad “normal”…” (Frith,
1981. Pág. 77). Como dice Richard Barnes, amigo y compañero de Pete
Townshend en la escuela de arte de Ealing, las escuelas de arte fue “donde
aquello que se conocía como arte comercial se volvió artes gráficas y se fundió
con las bellas artes para volverse pop
art” (citado en Marsh, 1983:47).
El gran número de
músicos que no son originarios de Londres, pero que acabarán sus días en la
capital, nos permite además constatar un proceso
de acumulación rockera, o, lo que es lo mismo, un proceso de expulsión (de
las provincias) y atracción (hacia Londres, capital y meca del entretenimiento,
donde se hallan las compañías discográficas y sus estudios de grabación) de los
músicos de rock, y comprobar que la conformación del campo de rock se logra a
partir de la movilidad de un estrato social variable pero demográficamente
preciso, que, por ese mismo carácter joven, está dispuesto a aventurarse en un
nuevo arte de vivir: “Ser
un músico de rock es separarse de un origen de clase concreto –si el rock es un
modo de salida de los trabajadores, un sendero hacia la riqueza, es también un
modo de salir de la clase media, un camino hacia la libertad de la bohemia-“
(Frith, 1980:208).
2.3 Del acto solista al acto grupal
Hasta la llegada de
los Beatles, el rock’n’roll era cosa de actos solistas, al estilo de Elvis
Presley, Little Richard, Carl Perkins o Chuck Berry (las salvedades eran vistas
como prolongaciones de las big bands,
como Bill Baley & His Comets, o forzados a aparentar ser un acto solista,
como los Crickets, el trío en el que tocaba Buddy Holly). No tanto que los
actos solistas sean en sí músicos solitarios, sino que la visibilidad del
solista –acompañado casi siempre por un conjunto musical, y muchas veces el
mismo conjunto musical a lo largo de su carrera musical- muta a partir de los
Beatles y se convierte en la visibilidad grupal.
Como señala Greil
Marcus, “un grupo de rock’n’roll es una alianza de individuos con el propósito
de alcanzar algo que ninguno de ellos lograría por separado… Algo que a veces
comienza como un matrimonio de conveniencia termina generando su propio valor.
Surge una identidad que trasciende las personalidades individuales, pero sin
oscurecerlas –de hecho, es el grupo, a veces únicamente el grupo, el que hace
visibles las individualidades” (Marcus, 2008:40).
El grupo o combo
musical ocupará el imaginario, como si se tratara de un proceso de
desmonoteización o politeización del fenómeno de la música ligera, o mejor
dicho: complejización del fenómeno de adoración individual como ocurre con el
cristianismo y su teoría de la santísima trinidad –en el caso del rock, un
ejemplo serían los Beatles y el fenómeno de la santísima cuaternidad (John,
Paul, George y Ringo), pero, a la vez, y más importante, parafraseando a
Richard Middleton, “en la música popular, en vez de la adorniana búsqueda de
una subjetividad productiva individual y auténtica, podemos apreciar destellos
de nuevas formas de subjetividad colectiva” (Middleton, 1990:39).
2. 4 Conformación de la paleta
musical y estética del rock:
La base instrumental del rock es
sencilla, voz, guitarras, bajo, batería, teclados en menor medida, y
casualmente instrumentos de viento –influencia de la escena musical británica
de jazz-, en interacción con las técnicas de grabación. Regev
(1994: 95-97) aborda esta cuestión de la construcción y consolidación estética.
Para el sociólogo israelí hay cuatro elementos que definen la estética del
rock:
- El sonido electrificado. La guitarra eléctrica es el elemento más característico del rock, pero a partir de mediados de los 60, están casi todos los instrumentos electrificados, y lo que no, lo irán progresivamente siendo. El volumen elevado, el ruido, la suciedad, la distorsión son algunos de los sonidos que caracterizan al rock.
- El trabajo en el estudio de grabación. Desde sus orígenes los músicos de rock (incluso los de los 50) entendían el estudio como una especie de laboratorio en el que inventar sonidos. Esta característica se agudiza a partir de los Beatles o los Beach Boys, quienes, a partir de los avances en las técnicas de grabación[8], complejizan el sonido de los discos hasta el punto de dejar de tocar en directo por la imposibilidad de reproducir ese sonido.
- Las letras y la textura de la voz. La calidad de la voz, su textura, así como la interpretación del cantante (si es creíble, auténtica, si transmite emociones genuinas) son elementos importantes y se han sumado al análisis del rock y la música popular a partir de la lectura de Roland Barthes (1990). Las letras tienen importancia si son “serias”, es decir, si pueden ser leídas y valoradas incluso sin la música. Entonces el escritor será valorado como poeta (Dylan es el ejemplo típico de esto).
- Eclecticismo estético. Entendido como la adopción de lenguajes musicales no-occidentales por parte de músicos de rock. Esto derivará no sólo en la world music, sino que, a partir, por un lado, de la fusión de sonidos no-occidentales en las escenas mainstream (EEUU y el Reino Unido), y, por el otro, de la incorporación, en las escenas alejadas de la metrópoli musical, de los sonidos autóctonos previos al imperialismo sonoro de la industria musical moderna, derivará en un cosmopolitismo estético o globalización cultural de los sonidos mundiales del rock (Regev, 2007) que consolidará un isomorfismo expresivo (Regev, 2011), un sonar parecido de las diversas escenas musicales mundiales que se dediquen al rock.
3. BOURDIEU APLICADO (II): ESTRUCTURA INTERNA DEL CAMPO
3.1 Las obras y su fórmula creadora
La importancia de
las obras para comprender la naturaleza del rock, radica en su origen
colectivo: el disco es una empresa grupal: músicos, productores, ingenieros de
sonido, editores, masterizadores, repartidores y tiendas de venta. Como señala
Frith (1981), es una cadena de montaje que hasta los años 60 funciona de una
manera determinada con unas jerarquías laborales muy precisas. Será con la
autonomización del campo del rock a finales de los 60 que estas jerarquías se alterarán
(Pérez Colman y del Val Ripollés, 2009).
Cuando a principios
de los 60 los Beatles comienzan su carrera discográfica, el medio a través del
cual se articula la industria es el single
o disco sencillo de 45 r.p.m[9].,
el cual consta de una canción por lado, siendo generalmente el conocido como lado A el objeto de promoción, y al que
se le presta atención en los llamados charts
o listas de éxito[10].
El primer sencillo de los Beatles fue “Love Me Do”/“PS I Love You” (octubre de
1962).
Cuando a finales de
los 60 los Beatles acaban con su carrera discográfica, el medio que articula la
industria ya no es el sencillo sino el long
play o disco de larga duración de 33 1/3 r.p.m.[11]
La transición de un medio a otro (a uno que permite mayor capacidad de
almacenamiento sonoro) es indicador de la constancia del cambio de paradigma
dentro de la industria, la cual deja de ser una industria de entretenimiento
para convertirse en una industria cultural cuyas obras se impregnan de una
justificación artística (surgimiento del valor artístico del rock, valor
añadido al de entretenimiento), y también es indicador de la transformación de
la música pop juvenil de los primeros 60 en el rock progresivo de finales de
década (envejecimiento del sustrato demográfico del rock). El disco de larga
duración transforma la música pop en rock, es el camino que hace la música adolescente,
entendida como ligera y espontánea, en su metamorfosis hacia una música que
pretende una autenticidad artística.
La fórmula
generadora del disco de rock a principios de los años 60 diferirá de la fórmula
que se consolidará con el papel creativo que desarrollarán diversos grupos de
rock en la segunda mitad de los años 60. Esa nueva fórmula creativa o
generadora será el resumen de unas prácticas discográficas alteradas por la
innovación tecnológica y el desplazamiento del papel creativo de los músicos
(independencia creativa), y el canon estético que hemos visto anteriormente con
Motti Regev (1994).
Fórmula generadora del disco de rock durante la consolidación del beat
boom (1963-1965)
|
Nueva fórmula generadora del
disco de rock post-beat boom
(1966-1968)
|
Covers y
versiones
|
Canciones propias
|
Papel del
productor y/o ingeniero de sonido en la grabación, mezcla y producción del
sonido del disco
|
Experimentación
sónica a cargo del grupo –el A&R
man y el ingeniero de sonido se transforman en un aliado, dejan de ser o
un jefe. Independencia creativa.
|
Arreglo estético
del acabado final según criterios musicales establecidos según fórmula Tin Pan Alley
|
La producción
artística de disco se convierte en asunto del ala creativa del grupo.
|
Noción del cash-in tras un par de singles
exitosos. El LP es un efecto de las
ventas previas de sencillos
|
El disco deja de
ser un cash-in, se vuelve una
apuesta de la autenticidad creativa del grupo
|
Músicos como
último eslabón del disco como cadena de montaje: A&R man, ingenieros sonido, editores, managers
|
Músicos como
compositores, arreglistas y productores discográficos: participación directa
hasta en portada del disco
|
Horas de estudio
determinadas
|
Independencia y
libertad respecto a los tiempos de grabación
|
Confección propia
El cuadro resume
algunas constantes en el proceso de autonomización artística que se da en el
seno del rock a partir de la creación de sus obras. Si comparamos el primer
larga duración de los Beatles, Please,
pelase me, de 1963, con su disco consagratorio, Sgt Peppers, de 1967, veremos que uno a uno se dan dichos pasos: en
el primero, hay catorce canciones, ocho son originales y seis son versiones
ajenas, en el segundo, todas las composiciones pertenecen a Lennon-McCartney y
una a George Harrison. En el primer disco, George Martin, el A&R, viendo algunas presentaciones
en directo del grupo, escoge las canciones de dicho repertorio que mejor se
acomodarán a un disco, y, sin la presencia de los Beatles, luego, agrega algún overdub (básicamente, piano y celesta),
mientras que en Sgt Peppers no se
hace casi nada sin consultar antes a los Beatles, quienes actúan como sus
propios A&R. El ingeniero de
sonido Geof Emerick, por ejemplo, comenta que durante la grabación del Sgt Peppers algunas noches se quedan largas
horas con Paul McCartney, haciendo diversas tomas de bajo. La diferencia mayor
entre el primer álbum y el Sgt Peppers
son las horas dedicadas: el Please,
please me se grabó en 12 horas, mientas que Sgt Peppers consumió más de 700 horas de estudio (Lewisohn, 2010)[12].
3.2 El caso de los ingenieros de sonido, o el sonido como
objeto manipulable.
Los ingenieros de
sonidos, o mezcladores de sonidos (sound mixers), son junto a los A&R parte fundamental del imput (por usar la terminología de
Hirsch, 1990, que distingue un foco de producción –imput- y otro de ventas –output-)
de la industria discográfica, su trabajo
“representa el punto de contacto entre la música y la moderna
tecnología” (Kealy, 1990:208). Cuando llega el beat boom, los ingenieros de sonido encarnan unas funciones que se
verán alteradas hasta tal punto que con la consolidación del rock su papel
quedará completamente alterado: de trabajar como empleados sindicados para la
compañía discográfica, y atendiendo por lo tanto a las órdenes y directrices de
los A&R, hasta convertirse en
colaboradores de los músicos de rock, logrando un reconocimiento por su labor
que es premiada por las instituciones de consagración musical tales como los
premios Grammy.
Geof Emerick fue
empleado de EMI en los estudios que ahora se conocen como Abbey Road (se trata
del nombre de la calle en que se situaba el estudio de grabación de EMI en
Londres). Comenzó su carrera como ingeniero de sonido casi al mismo tiempo que
los Beatles comenzaban la suya como recording
artists[13].
Emerick reflexiona
en su biografía sobre cómo los Beatles modificaron algunos aspectos de la
industria musical británica, y mundial, en sus pocos años de carrera. Pero al
mismo tiempo, y en paralelo, también comenta que él y otros técnicos de sonido
trabajaron para que cambiasen las funciones y el reconocimiento de esa figura[14].
Emerick (p. 58 y 59) explica cómo cuando entra a trabajar en los estudios de
Abbey Road, propiedad de la discográfica EMI, las funciones de los técnicos
estaban muy delimitadas: los técnicos de grabación sólo se dedicaban a esas
cuestiones, mientras que los técnicos de mantenimiento eran los encargados de
colocar micrófonos y de ocuparse de esas cuestiones materiales. Emerick
cambiaría muchas de estas normas. Un ejemplo de ese cambio se produjo al
intentar grabar un sitar para uno de los discos de los Beatles:
“...ningún
ingeniero clásico de EMI había grabado nunca antes un sitar, y el ingeniero
(uno de los de mayor edad y bastante estirado) no estaba dispuesto a desobedecer
ninguna de las reglas de EMI, de modo que empleaba ciegamente la microfonía
convencional para un instrumento solista... aunque el sitar fuera la cosa menos
convencional imaginable. Con el máximo tacto que pude, sugerí al ingeniero que
cambiara el micrófono y lo usara mucho más cerca, apenas unos centímetros. Me
miró con desprecio, pero con George Harrison respaldándome tanto literal como
metafóricamente, no discutió...” (Emerick y Massey, 2011: 155).
Si la revolución
tecnológica de la posguerra alteró las funciones, la llegada del rock alteró el
papel de los ingenieros de sonido. Los avances tecnológicos permitieron una
definición más precisa del registro e interacción de los sonidos. El camino
hecho desde Edison y Berliner hasta la llegada del vinilo como soporte
mercantil y de la cinta magnetofónica como soporte de trabajo[15]
es la precondición del oído social del rock. Mientras los músicos
“artistizaban” sus funciones, los ingenieros de sonido lo hacían con ellos,
como expresa Emerick:
“...yo
siempre había considerado que hacer discos era como pintar cuadros, y los
sonidos de los instrumentos musicales era mi paleta. Para mí, los micrófonos
son como objetivos y las diferentes áreas de frecuencia son colores: las
cuerdas agudas tienen un brillo plateado, los metales de registro medio son
dorados, los tonos graves de un bajo son azul oscuro...” (Emerick y Massey,
2011: 125).
Para ubicar la
figura del ingeniero de sonido dentro de la industria discográfica, Kealy parte
primero de una concepción de la música popular como artefacto cultural que, a
diferencia del binomio imput / output de Hirsch (1990) la divide en
tres componentes principales:
1.
Música, y los hacedores de música (músicos,
compositores, arreglistas)
2.
Un sistema de promoción y distribución a una audiencia masiva, “music marketers” (A&R
de las discográficas o productores discográficos)
3.
Tecnología de grabación y reproducción,
técnicos de grabación (ingenieros de sonido) (Kealy, 1990:208)
Luego, Kealy señala
tres formas o modos de colaboración en la producción de un disco:
Modo Sindicato de Artesanos
|
Surge tras la II Guerra Mundial
|
“Este modo es un
efecto (o derivación) de los procesos de racionalización en la industria
discográfica” (p.211)
|
|
Énfasis en la
exactitud técnica, en el realismo de la sala de conciertos, en la división
del trabajo (nadie toca un micrófono, si no es la persona indicada)
|
|
Modo Empresarial
|
Importancia de la
cinta magnetofónica: simplifica sensiblemente la tecnología de grabación:
descentralización en la producción de discos: aparición de compañías
independientes (Sun, Chess…)
|
Integración de
funciones dentro del estudio. Integración del sonido de la tecnología del
estudio con la estética musical de la música popular.
|
|
Surgimiento
entonces de una “nueva estética de grabación” (p.212): apreciación, por parte
de la audiencia, de la grabación de estudio como estéticamente deseable en
sí, en vez de intentar ser la simulación de una actuación en directo.
|
|
A diferencia del
modo Sindicato-Artesanos y sus énfasis, aquí hay mayor fluidez y
colaboración, intercambio de conocimientos. De ajustar el músico al
micrófono, ajustar el micrófono al músico.
|
|
Posibles
paradigmas: Phil Spector o Norman Petty
|
|
Modo Artístico
|
Surge del poder
logrado por los músicos de rock a mediados de los 60: el estudio de grabación
se vuelve un instrumento más: necesidad o voluntad de experimentación como
posibles causas.
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Los desarrollos
en tecnología de grabación de los 60 (en particular el multipistismo -multitrack)
facilitaron la implicación de los músicos en la mezcla de sonidos.
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La estrella de
rock se anexa la labor del ingeniero de sonido
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La generación de
rockeros de los 60 tenía una recording
consciousness[16]
porque se habían socializado en los discos de rock de los 50
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Fuente: Kealy
(1990)
Un ejemplo de lo
aquí expuesto es que la labor de Emerick, o de George Martin, productor de los
Beatles, no era la de meros “pulsadores de botones”, sino que exigía de una cierta
destreza creativa, que complementaba a la de los fab four. La labor de Emerick y la de Martin era la de traducir las
vaporosas ideas que se les ocurrían a los Beatles y llevarlas cabo. Lennon, por
ejemplo, les pidió que, en la canción Tomorrow
never knows, su voz sonara “como el Dalai Lama cantando desde la cumbre de
una montaña, a kilómetros de distancia” (Emerick y Massey, 2011:23). La labor
del ingeniero y del productor era la de buscar los medios materiales para
llevar a cabo la idea, cosa que consiguen grabando la voz de Lennon a través de
un amplificador Leslie. Emerick también señala cómo Martin ayudaba a los
Beatles a hacer arreglos de las canciones, a cambiar notas, a hacer partituras
para orquesta o cuartetos de cuerda.
Aplicando los
conceptos bourdianos mencionados
anteriormente, podemos ver cómo los Beatles, partiendo del subcampo de la gran
producción, van desarrollando un hábitus, unas ideas y unas prácticas, más
próximas al subcampo de producción limitada. Los cuatro de Liverpool, casi
desde que fichan por EMI, se muestran muy provocadores con las estrictas normas
que rigen en la discográfica. Quizás como una forma de desafiar al establishment inglés desde la rebeldía
que encarnaba su imagen juvenil y obrera, los Beatles se saltan los horarios de
grabación, las normas de vestimenta y, por supuesto, las normas de grabación.
Pero si en EMI permiten todo eso es porque la banda estaba teniendo un éxito
importante: “...las reglas empezaban a desobedecerse en las sesiones de los
Beatles, como consecuencia de la gran cantidad de dinero que empezaban a
generar para el sello...” (Emerick y Massey, 2011: 79). Es decir, que el poder
que los Beatles empiezan a acumular dentro de la industria lo consiguen a
partir del reconocimiento popular que se manifiesta a través de las ventas
–mezcla de capital simbólico y económico: el capital rockero. A partir de ser
un grupo que domine dentro del subcampo de la gran producción esto les
permitirá tomarse licencias propias del subcampo de producción limitada. En
este sentido puede plantearse que los Beatles, como Flaubert, siguiendo al Bourdieu
de Las Reglas del Arte, están haciendo una posición, creándola desde
dentro de la gran industria.
Los ingresos que
EMI recibe de la banda les permite comenzar a utilizar mejores tecnologías de
grabación: “...los Beatles grabaron siempre en multipistas, cuatro hasta el Álbum blanco, y ocho a partir de
entonces. Al parecer, los jefazos de EMI habían decidido que el grupo había
recaudado suficiente dinero para el sello como para gozar de los mismos honores
que los músicos ‘serios’, ninguno de los cuales, estoy seguro, aportaba
siquiera una fracción de los ingresos generados por los Beatles...” (Emerick y
Massey, 2011: 87).
Pero la evolución
de músicos a artistas es paulatina; Emerick reflexiona sobre el estatus de los
Beatles: ellos no eran considerados como artistas, sino como entretenedores, y
tardarían un tiempo en cambiar esta percepción: “...se consideraban simples
artistas que debían dar espectáculo. Todos ellos se habían criado en la
tradición del music-hall, y cuando
Brian [Epstein] les decía que se pusieran leotardos e hicieran un número cómico
de los malos, lo hacían sin dudarlo un instante...por lo menos al principio...”
(Emerick y Massey, 2011: 95). De hecho podemos ver la historia de los Beatles
como una sucesiva ocupación de posiciones del CPC. Los Beatles, desde su
comienzo hasta fichar por EMI son artistas o músicos folk. Una vez fichados por
Parlophone/EMI, son recording artists.
A partir de finales de 1965 se convierten en experimentadores, inaugurando la
etapa artística propia y del rock.
El cambio en los
músicos se produce sobre todo a partir de los discos Revolver y el Sgt. Peppers.
Cita Emerick unas palabras de McCartney y Lennon cuando comentaron a George
Martin la posibilidad de grabar dicho disco: “...intentamos tocar algunas canciones
del nuevo álbum, pero hay tantos overdubs
complicados que no podemos hacerles justicia. Ahora podemos grabar lo que
queramos, y no pasará nada. Y lo que queremos es subir aún más el listón, hacer
nuestro mejor álbum... Lo que estamos diciendo es que, si no tenemos que salir
de gira, entonces podremos grabar música que nunca tendremos que tocar en
directo, y eso significa que podremos crear algo que nadie haya oído nunca: un
disco innovador con sonidos innovadores...” (Emerick y Massey, 2011: 149).
El tiempo de
grabación de los discos de los Beatles se expandía de una forma nunca antes
vista: “...George Martin... y yo comentábamos lo despacio que estábamos
avanzando, pero también sabíamos que el resultado estaba siendo muy bueno. Era
un proceso lento y penoso, pero teníamos el lujo del tiempo; no estábamos bajo
presión, de modo que podíamos permitirnos dedicar una o dos horas a conseguir
el sonido de caja exacto o el efecto óptimo para la voz...” (Emerick y Massey,
2011: 159)[17].
4. CONCLUSIONES
El uso de los
conceptos bourdianos de campo y
habitus nos permiten entender, en el caso del rock, la génesis de este campo
cultural y los cambios que en él
acaecieron en los años 60. Pero la aplicación del modelo teórico del sociólogo
francés al rock presenta algunas dificultades que hay que reseñar: por un lado
Bourdieu analizó el campo literario del siglo XIX en Francia. La distancia
temporal hace que existan elementos importantes en los campos culturales que
Bourdieu no tuvo en cuenta. Nos referimos especialmente a la tecnología,
elemento que, como hemos detallado, ha sido clave en el desarrollo del rock.
Por otro lado
Bourdieu entendía que los dos subcampos que formaban el campo literario (gran
producción y producción restringida) estaban enfrentados por la forma en la
que, en cada uno de ellos, se comerciaba con el arte: en el primero lo
comercial primaba sobre el artístico. El éxito comercial, las ventas, es el
criterio para medir la calidad de una obra. En el segundo subcampo son los
criterios artísticos (que imponen los propios artistas y los críticos, frente a
la industria y el comercio) los que sirven de vara de medir. Hemos visto que en
el rock estos criterios se empiezan a imponer a mediados de los años 60, pero
como se ha explicado la gestación de esta ideología artística no se produce
desde fuera del campo de gran producción, sino dentro de él, y que es el éxito
económico lo que permite a los Beatles desarrollar una práctica artística. Por
tanto creemos que en el campo del rock la relación entre arte y comercio no es
tan opuesta como señaló Bourdieu en relación a la literatura.
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3-25
[1] En castellano se tradujo como La
otra historia del rock., Ma Non Tropo, 2006
[2] Únicamente Keir Keightley menciona a Bourdieu. En la bibliografía
recomendada, dentro de su artículo, recomienda el primer capítulo de The Field of Cultural Production. Esto retrata, más que la sociología que
intenta analizar el rock, la sociología anglosajona.
[3] Esta tendencia ha cambiado en los últimos años. Un intento de ello
puede encontrarse en Pérez Colman y Del Val Ripollés (2009).
[4] Gente joven eran los managers; en el caso de los Beatles, Rolling
Stones, Kinks o Who, no llegan a los 30, y los Kinks o Rolling estaban
manejados por gente de su misma edad. Los productores tampoco serán viejos,
George Martin no llegaba a los 40, y gente como Mickey Most o el americano Shel
Talmy serán prácticamente chavales como los músicos que producirán (Who, Kinks,
Animals, Herman’s Hermits, Creation). Los editores musicales serán el estrato
más envejecido de la industria (dejando a un lado en muchos casos a los
directores de las compañías discográficas), y, como dicen Chapple y Garofalo
(1977), se trata de un estrato al que el rock terminará por apartar en la
configuración de su industria –de la industria rock, no en cambio de la pop.
[5] Consideramos como baremo de éxito
el haber logrado colocar un sencillo o álbum en el top20 de las listas de éxitos. Para ello remitimos a O’Brien, K.
(1999) y Gambaccini, P., Rice, J., y
Rice, T. (1994)
[6] La mayoría de mujeres dedicadas a la música pop en los 60, y en
concreto las vinculadas al beat boom o invasión británica, pertenecían a actos
solistas –Dusty Springflied, Lulu, Helen Shapiro, Cilla Black, aunque hubo
algunos pocos grupos mixtos: los Applejacks o los Honeycombs.
[7] Ray Davies en su autobiografía comenta que ser de clase trabajadora de
repente se puso de moda. Con sarcasmo recuerda a una compañera suya de art school que, aparentemente contenta,
había descubierto que un tío suyo era working
class.
[8] En el apartado 3.2 ampliaremos este aspecto.
[9] El disco de vinilo de 45 rpm reemplazó paulatinamente al disco de
pasta de 78 rpm tras la Segunda Guerra Mundial.
[10] En Reino Unido cuando los Beatles inician su carrera discográfica, las
listas de éxito se basan en una serie de revistas (Melody Maker, NME, Record Retailer, Disc, y Record Mirror) y
en la propia BBC. (Lewisohn, 2010:351).
[11] A finales de década, los discos de larga duración superan en ventas a
los sencillos (Chapple y Garofalo, 1977:76).
[12] En realidad las 12 horas de estudio para grabar Please, please me, únicamente fueron dedicadas para grabar el
grueso del álbum. Ya tenían grabadas cuatro canciones: los dos lados a y b
de los sencillos “Love me do” y “Please please me”.
[13] Sobre la expresión recording
artist. Es la manera de nombrar a un artista que ha fichado por una
discográfica. No hay una traducción literal de esta expresión al castellano, y
es una pena, pues aclara el paso que da un músico: de actuar en directo, se
transforma en un empleado de una discográfica (es el paso de la actividad folk –el tocar en bares, locales,
circuitos de teatros, y darse a conocer por el boca a boca- a la actividad como
entertainer de un mass media, la industria discográfica)
[14] Es lo que Kealy, partiendo o retomando a Becker en su análisis de la
relación entre artesanos y artistas, llama el paso del artesano al artista.
[15] Soporte mercantil: el disco de vinilo era la manera de comercializar
la música grabada en los los 50, mientras que la cinta magnetofónica era el
medio en que se grababa y editaban los sonidos antes de volcarlos en el formato
vinilo.
[16] El concepto es de H. S. Bennet y citado por Kealy.
[17] 1er álbum: 12 horas/estudio. Sgt Pepeprs: 700 horas/estudio
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